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26 de marzo de 2022

Recuerdan la importancia de los controles y la vacunación contra el HPV

Cada 26 de marzo se vive una jornada de concientización e información sobre la importancia de los controles ginecológicos para evitar el cáncer de cuello uterino, que posibilita una detección temprana para el tratamiento de la enfermedad. También en este día se destaca la importancia de la vacunación contra el HPV y del uso del preservativo como herramienta de profilaxis durante el acto sexual.

El 26 de marzo de cada año se conmemora el Día Mundial de la Prevención del Cáncer de Cervicouterino, a modo de establecer acciones de concientización e información sobre la importancia de efectuarse controles ginecológicos para evitar enfermedades, entre ellas, el cáncer. Desde el Ministerio de Salud Pública del Chaco destacaron también a la vacunación contra el Virus de Papiloma Humano (VPH) como una de las estrategias de prevención de la enfermedad.  

El cáncer cervicouterino es la segunda causa de muerte por cáncer en mujeres entre los 35 y 64 años a nivel mundial. El Virus del Papiloma Humano (VPH o HPV por sus siglas en inglés) es el causante del 100% de casos de cáncer cervicouterino. Se calcula que 8 de cada 10 personas sexualmente activas tuvo o tendrá contacto con algún tipo de VPH alguna vez en su vida. En la mayoría de los casos, el organismo controla la infección. Sólo un pequeño porcentaje, causados por genotipos de alto riesgo, pueden evolucionar a lesiones precancerosas o cáncer.

Prevención, controles y detección temprana
Mónica Aguirre, jefa de la sección de Patologías del Tracto Genital Inferior y Colposcopía del hospital Julio C. Perrando, se refirió al Día Mundial de la Prevención del cáncer cervicouterino y destacó la importancia de las medidas de prevención, de los controles ginecológicos periódicos y de la detección temprana de la enfermedad.

Este tipo de cáncer se desarrolla en el cuello del útero, en la parte inferior que tiene contacto con la vagina. Es una enfermedad que comienza con causa necesaria, pero no suficiente, mediante la infección del virus del HPV, que es un virus de transmisión sexual. Además, existen una serie de factores de riesgo relacionados con la enfermedad, como ser: las edades tempranas de inicio de relaciones sexuales; las múltiples parejas sexuales; tener relaciones sexuales con métodos inadecuados de anticoncepción, ya que siempre hay que utilizar métodos de barrera; el tabaquismo; otro tipo de infecciones del tracto genital inferior, también de enfermedades de transmisión sexual; un sistema inmunológico deprimido; una mala alimentación.

Aguirre explicó que las mujeres en el rango de 30 a 45 años se encuentran en la edad más frecuente de este tipo de patología. El cáncer cervicouterino es una enfermedad de desarrollo lento y silencioso; de los 150 serotipos de HPV, 15 tienen características oncogénicas y producen lesiones de alto grado que con el tiempo llevan al desarrollo de cáncer de cuello uterino. Tener la infección del virus del HPV o una lesión desarrollada por este virus a nivel cervical no es sinónimo de cáncer. “Son lesiones premalignas que tratadas tienen curación y no progresan al cáncer de cuello uterino; por eso es importante poder hacerse los chequeos correspondientes para la detección temprana de estas lesiones premalignas”, recalcó Aguirre.

“Las mujeres deben hacerse sus primeros controles a los tres años del inicio de su vida sexual, esto debido al período de infecciones transitorias en el que una mujer se puede contagiar el virus y en el transcurso de ese tiempo no ser visible la lesión. Luego de esto es importante sostener un calendario de controles regulares”, explicó. “Disponemos de métodos de diagnóstico como el Papanicolaou y el testeo para el virus del HPV”, relató Aguirre, quien detalló que “el Papanicolaou debe realizarse desde el tercer año posterior al inicio de las relaciones sexuales y el test de HPV anualmente a partir de los 30 años”.

“Si estos métodos de diagnóstico resultan patológicos hay que acudir a un médico especialista que realice colposcopia”, agregó. “Si durante ese estudio se detecta algo patológico hay que continuar con el estudio de una biopsia que nos va a dar el diagnóstico histológico de la lesión encontrada y confirmar si se trata de cáncer”, recalcó. En caso de tratarse de cáncer cervicouterino, dependiendo del estadio de la enfermedad, se puede realizar un tratamiento quirúrgico y/o oncológico; en los estadios avanzados, el tratamiento es oncológico, y oncológico/paliativo.

La sección de Patologías del Tracto Genital Inferior y Colposcopía del hospital Julio C. Perrando funciona de 8 a 16 horas con modalidad de turnos del Programa Provincial de Prevención del Cáncer Cervicouterino. “Además existe en el hospital un consultorio de PAP a demanda”, agregó.

Vacunación contra el HPV
Entre las herramientas de prevención primaria se encuentran la eliminación o disminución de los factores de riesgo asociados a la enfermedad. Además, en la prevención primaria está la vacunación contra el virus del HPV, que puede prevenir un 80% de los casos de cáncer cervicouterino.

“Esta vacuna se incorporó a partir del 2.011 para las niñas de 11 años y también para los niños, es gratuita y se encuentra contemplada dentro del calendario nacional de vacunas”, manifestó Aguirre. También se puede aplicar a las pacientes de otras edades que estén cursando algún tipo de patología cervical generada por el virus del HPV. El Ministerio de Salud Pública del Chaco, a través del Departamento de Inmunizaciones, llevó a cabo distintas campañas de vacunación masiva contra el HPV a lo largo y ancho de la provincia.    

En cuanto a la instancia de prevención secundaria, se trata de la detección temprana y para el tratamiento oportuno de todas las lesiones cervicales que conllevan a largo plazo el desarrollo de la enfermedad de cáncer de cervicouterino. La profesional enfatizó que “este cáncer es absolutamente prevenible con medidas que se tomaron desde la salud pública, comenzando con la prevención primaria mediante la vacunación de niñas y niños a partir de los 11 años contra el HPV”. También Aguirre se refirió a la educación para el autocuidado que “comienza antes del inicio de las relaciones sexuales, mediante la profilaxis, como el uso de preservativos durante las relaciones sexuales, que ofrecen una protección no del 100% pero sí disminuye la probabilidad de contagio del HPV”.

“Los controles son importantísimos para la detección temprana previa a la aparición de síntomas. La detección temprana permitirá el tratamiento oportuno de las enfermedades o lesiones que se consideran precursoras para anticiparnos al cáncer. El tratamiento es gratuito en el sistema de salud”, enfatizó Aguirre.

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