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POLICIALES

14 de octubre de 2021

Padre e hijo condenados

Luciano (51) y Emiliano Benítez (29) fueron sentenciados por un hecho de 2017. Al menor le sumaron 3 años por otra causa. Investigarán a otro miembro de la familia

Luego de tres audiencias de debate, instancia en la que se detallaron serias pruebas contra los imputados, Luciano Benítez (51) y su hijo Emiliano Benítez (29) fueron condenados a 15 años de cárcel por un asalto perpetrado en abril de 2017 en una chacra de Campo Grande.

 

Además, el Tribunal Penal Uno de Oberá revocó la condicionalidad que favorecía a Emiliano Benítez por un hecho de robo calificado por el uso de arma y acumulado, y unificó la sentencia de ayer con la dictada por el mismo Tribunal el 2 de octubre de 2015, imponiendo una pena única de 18 años de prisión.

 

Si bien los imputados llegaron al juicio acusados de robo doblemente calificado por el uso de arma en poblado y en banda, portación ilegal de arma de fuego y abuso sexual con acceso carnal, en la víspera fueron absueltos por el último delito.

 

El Tribunal los benefició con la aplicación del beneficio de la duda, ya que durante todo el proceso no fue posible individualizar al autor material del abuso sexual.
Desde un primer momento, tanto la mujer de 73 años como su hija de 52 precisaron que sólo uno de los tres encapuchados que irrumpieron en su domicilio violó a la menor de ellas.

 

En tanto, el perfil genético de los acusados que fue comparado con el hisopado vaginal de la víctima no otorgó el grado de certeza necesaria para acusar a alguno de ellos.

 

La sentencia también ordenó extraer copias del debate respecto de las acusaciones sobre Ramón Oscar Benítez -hermano y tío de los condenados- y remitirlas al Juzgado de Instrucción para que prosiga con la investigación de las líneas señaladas respecto de la participación del citado en la causa, ya que ambos implicados lo señalaron como posible autor del ilícito.

 


La ex y el celular
El atraco perpetrado contra madre e hija se registró el 9 de abril de 2017, alrededor de las 19.30, cuando tres encapuchados irrumpieron en el domicilio situado en la zona rural de Campo Grande.

 

Ayer, en la última ronda de testigos, dos hermanos que el día del hecho jugaban a la pelota en una chacra cercana declararon que esa tardecita vieron un Corsa oscuro con varios ocupantes, de los cuales tres descendieron del rodado y se dirigieron por la picada donde residen las víctimas.

 

Pero el testimonio más relevante fue prestado por Priscila Cardozo (24), ex pareja de Emiliano Benítez, quien confirmó que el implicado le regaló uno de los celulares robados. “El papá le llamó el viernes y le dijo que tenía que ir a Oberá para cobrar una plata. Viajé con él y el domingo volví a Posadas, donde vivíamos. Le escribí y me contestó hasta las 18.30, y después a las 21.30 dijo que perdió el colectivo y que un amigo le iba a llevar a Posadas. Pero el domingo no llegó. Tampoco me contestó más. Apareció el lunes a la tarde con el papá. Estaban sucios y embarrados”, precisó.

 

En otro tramo aseguró que su ex pareja tenía un arañazo en el cuello. Le preguntó qué le pasó y le respondió que Gendarmería los había perseguido por el monte.
En tanto, reconoció que sabía que su concubino se dedicada al contrabando de cigarrillos.

 

“El martes me puse a lavar la ropa y en eso apareció el papá con facturas y un diario El Territorio. Noté que ellos dos hablaban, pero cuando yo me acercaba cambiaban de tema”, indicó.

 

Sobre el celular que terminó por implicar a su pareja, mencionó que Benítez le dijo que se lo compró a un amigo.

 


Acusación fiscal
En su alegato, el querellante Lisandro Riotorto detalló las pruebas que pesaron sobre los imputados, como ser el hallazgo del celular de una de las víctimas en poder de la pareja del menor de los Benítez.

 

También valoró el testimonio de Priscila Cardozo y que el día del hecho varios testigos vieron un Corsa en cercanías de la escena del crimen. Luego solicitó 14 años de cárcel para el menor de los acusados y 16 años para su padre, por ser reincidente.

 

A su turno, la fiscal Estela Salguero hizo un relato del hecho y marcó la brutalidad de los encapuchados que asaltaron a las víctimas.

 

“Las golpearon, redujeron y amarraron. Les pedían dinero y armas (...) La hija de la dueña de casa fue abusada por uno de los encapuchados. La mujer luchó para evitar el abuso. Su madre estaba acostada al lado y pudo ver como abusaron de su hija. Hasta el día de hoy está traumatizada por el hecho”, relató.

 

Según reconstruyó la fiscal, los acusados llegaron al lugar con el Corsa de la esposa de Luciano Benítez, al tiempo que subrayó: “Al llegar a esta audiencia no conocíamos la identidad del tercer encapuchado, pero ahora no me queda dudas que fue Ramón Oscar Benítez”.

 

Calificó como minucioso el trabajo de la Secretaría de Apoyo para Investigaciones Complejas (Saic) que ubicó el celular en el departamento de Emiliano Benítez en Posadas.

 

En tanto, consideró “infantil y poco creíble” la explicación del acusado cuando declaró que su tío le entregó las armas robadas en el Mirador del Parque de las Naciones, un lugar siempre muy concurrido.

 

“Los empujó en la bajada”
Salguero remarcó que el celular del menor de los Benítez fue ubicado en Campo Grande entre las 17.30 y 20.30 del día del hecho, ya que fue captado por la misma antena que usaron las víctimas.

 

También hicieron una llamada a un celular agendado como “Leijo”, el cuarto implicado para la fiscal. Detalló que el día del hecho Luciano Benítez hizo una llamada a las 16.30 y después recién pasadas las 21 “porque apagó el celular para que no fuera detectado por las antenas. Es una persona con antecedentes y conoce del tema”, indicó.

 

En esa línea, valoró el aporte de la testigo Cardozo respecto a los arañazos que presentaba Emiliano Benítez.

 

“La víctima tenía atada una mano a una mano de su mamá y con la otra se defendió, lo que dejó marcas en el agresor”, puntualizó. Luego solicitó penas de 16 y 14 años de cárcel.

 

En tanto, el defensor oficial Matías Olivera cuestionó que se vincule a los Benítez por una celda de una antena en Campo Grande y expresó serios reparos a la instrucción. “No fue la idea más inteligente quedarse con las armas que le dio su tío. No todas las personas estamos al mismo nivel de razonamiento”, argumentó a favor de Emiliano Benítez.

 

Luego atacó la declaración de la testigo Cardozo: “Que 24 horas después del hecho llegaron sucios, embarrados y mojados no resiste el menor análisis (…) Tampoco es serio que ella se acercó y cambiaron de tema. Cardozo se quiso sacar de encima el hecho y los empujó en la bajada”.

 

“Desde la primera vez que declaró, Emiliano dijo que fue su tío Ramón. En la instrucción se ordenó la detención de Ramón Benítez, pero acá no está. Nunca se concluyó la investigación. El Poder Judicial no fue capaz de encontrar a Ramón Benítez”, disparó el defensor.

 

Por otra parte, remarcó que “si el autor de la violación fue uno, no se puede condenar a dos”, visión que luego fue avalada por el Tribunal.

 

Una defensa poco creíble

 

Durante el juicio, Luciano Benítez -quien ya purgó una condena de 7 años por robo- insistió en su inocencia, dijo que no tuvo nada que ver con el hecho y que su ex nuera lo incriminó porque no lo quiere. Además, corroboró la versión de su hijo que apunta a incriminar a su hermano Ramón.

 

En tanto, Emiliano Benítez reconoció que se dedicaba a la venta de cigarrillos de contrabando e indicó que el 9 de abril de 2017 se hallaba en el Mirador del Parque de las Naciones con un amigo de apodo “Paraguayo”, circunstancia en la que apareció su tío Ramón para pedirle que lo lleve a Campo Grande a cobrar una deuda.

 

“Estaba borracho, pesado y llegó con dos amigos que no conozco. No sé en qué andaban. Como insistía le llevé a Campo Grande en el auto de mi amigo y por el camino mi tío recibió una llamada de una mujer. Llegamos a un punto en la ruta y se bajaron los tres en un sector que no conozco porque era de noche. Mi tío me dijo que iba a tardar unas dos horas, entonces volví al Mirador”, relató.

 

En tanto, agregó que alrededor de las 22 su tío Ramón apareció otra vez en el Mirador con sus dos amigos para pagarle el viaje a Campo Grande, pero como no tenía plata le ofreció dos armas y un celular. “Si te sirve, hacé tu diferencia”, dijo que señaló su tío. El joven insistió en implicar al hermano de su papá, pero al mismo tiempo su versión contó con argumentos sin demasiado sustento, como por ejemplo no poder identificar al amigo que presenció toda la secuencia.

 
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