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21 de abril de 2021

"Se nos está acabando el oxígeno": El COVID arrasa con India

Los contagios baten un nuevo récord diario: 295.041. El país se enfrenta a unas alarmantes cifras a las que hay que añadir el colapso sanitario

"Esta vez, la infección se está propagando tan rápido que las personas no tienen tiempo para obtener medicamentos. Mucha gente está muriendo antes de que podamos obtener un informe de prueba". El doctor SK Pandey está siendo testigo en primera línea de cómo la segunda ola de coronavirus está devorando al segundo país más poblado del mundo. En las últimas 24 horas, en India han muerto 2.023 personas. Es el recuento más alto en tan poco tiempo.

Los contagios también han batido un nuevo récord diario: 295.041. Unas alarmantes cifras a las que hay que añadir el colapso sanitario, con miles de hospitales que ni si quiera tienen los suministros de oxígeno necesarios ni tampoco camas disponibles. En resumen: los hospitales indios están desbordados. Faltan ventiladores y las unidades de cuidados intensivos están al límite. Y los muertos se amontonan en morgues y crematorios.

El doctor SK Pandey trabaja en el Instituto de Ciencias Médicas Ram Manohar Lohia en Lucknow, capital del estado norteño de Uttar Pradesh, el más poblado de India con 240 millones de habitantes y uno de los más afectados por esta segunda ola. Uno de cada seis indios vive en Uttar Pradesh, que ya ha reportado un total de 851.620 casos. En las últimas horas están circulando vídeos en redes sociales de personas contagiadas desplomadas en las puertas de los hospitales porque dentro no hay camas ni médicos para atenderlas.

También llegan otras historias, reportadas por los medios locales, como la de Rajeshwari Devi, una mujer de 58 años que murió hace un par de días después de estar 48 horas esperando a recibir un tanque de oxígeno que nunca llegó. El coronavirus le provocó una neumonía crónica que se la llevó por delante en la sala de emergencias de un hospital de Robertsganj, en el norte del país.

RESERVAS AL LÍMITE

En Nueva Delhi, tienen los mismos problemas con los tanques de oxígeno. El Gobierno local pidió ayuda en redes sociales: "Se nos está acabando el oxígeno". Comunicaron que los hospitales sólo tenían suficiente oxígeno para durar otras ocho a 24 horas, mientras que algunos privados tenían suficiente para sólo cuatro o cinco horas.

En la capital se están repitiendo algunas escenas que no se veían desde el pasado verano, cuando hubo el último repunte fuerte de contagios: en la morgue del hospital Lok Nayak se están amontonando los cadáveres. En el crematorio de Nigambodh Ghat también han comenzado a construir piras funerarias tradicionales porque sus hornos no pueden mantener el triplicado ritmo de trabajo.

Nueva Delhi impuso el lunes un cierre total hasta el 26 de abril. Es el primer bloqueo desde la primera cuarentena en todo el país el 24 de marzo de 2020. Otras regiones, como el estado de Maharashtra, que incluye la capital financiera, Bombay, ha endurecido las restricciones que ya anunció la semana pasada: cierre de centros comerciales, cines, bares, restaurantes y lugares de culto. Además, los fines de semana, los 125 millones de habitantes del estado deberán quedarse confinados en casa a menos que vayan a comprar alimentos o medicinas.

"Esta ola nos ha sorprendido con los pantalones bajados", dice a Associated Press A Velumani, presidente y director gerente de Thyrocare, uno de los laboratorios de pruebas de coronavirus más grandes del país, que reconoce que los laboratorios no estaban preparados para el fuerte aumento de la demanda de pruebas.

EL CIERRE COMO ÚLTIMO RECURSO

El primer ministro indio, Narendra Modi, ha pedido a los gobiernos estatales que planteen el cierre como último recurso. El confinamiento masivo del año pasado, el más grande hasta ahora, encerrando en casa a 1.300 millones de personas, frenó la propagación del coronavirus, pero hundió a millones de trabajadores ambulantes que viven de lo que venden en las calles.

"La situación era manejable hasta hace unas semanas. La segunda ola de infecciones ha llegado como una tormenta", dijo ayer Modi en un discurso televisado en el que instó a los ciudadanos a permanecer en casa y no entrar en pánico.

Aparentemente, a principios de febrero India parecía tener el virus bajo control. Los casos diarios no superaban los 10.000. Una cifra considerada baja para un país con tantos millones de habitantes y que celebraba festivales hindúes masivos sin ninguna restricción, como el de Kumbh Mela en la ciudad de Haridwar, al que acudieron 25 millones de personas.

Además, justo antes de la llegada de la segunda ola, había comenzado un ciclo electoral para elegir a los gobiernos de cinco regiones, con mítines multitudinarios y 190 millones de personas acudiendo a colegios electorales. Las semanas fueron pasado y las cifras se fueron multiplicando hasta llegar a mediados de marzo con una racha superando los 100.000 contagios diarios. La semana pasada, India superó a Brasil como el segundo país con más contagios, sólo por detrás de Estados Unidos. Acumula 15.616.130 casos positivos, mientras el total de muertes se sitúa en 182.553.

LA VARIANTE "MUTANTE"

A esta nueva ola hay que añadir una extraña variante, denominada "doble mutante", a la que muchos responsabilizan del aumento de las tasas de mortalidad. Según el Centro Nacional para el Control de Enfermedades (NCDC), el peligro está en que las vacunas se han diseñado para crear anticuerpos que se dirigen específicamente a la proteína de pico del virus. La preocupación sobre esta variante radica en que, si una mutación cambia la forma de la proteína de pico, es posible que los anticuerpos no puedan neutralizar el virus de manera efectiva.

La solución para frenar la segunda ola pasa por un "festival de vacunación", como lo llamó el primer ministro Modi, para inmunizar a cualquier persona mayor de 18 años a partir del 1 de mayo. Ya no hay restricciones por edad. El propósito es vacunar cuando antes a 900 millones de personas elegibles. En los tres meses que han pasado desde que empezaron la campaña de vacunación, ya han puesto más de 100 millones de dosis. Aunque las autoridades sanitarias dijeron la semana pasada que también tenían problemas de suministros, ya que le quedaban menos de 27 millones de dosis.

El Gobierno ha pedido a los fabricantes indios que exporten menos vacunas. Lo que afecta directamente a COVAX, la plataforma creada por la Organización Mundial de la Salud (OMS) para garantizar el acceso equitativo de las vacunas a los países más pobres. India, que fabrica en la ciudad de Pune la vacuna de AstraZeneca y una de cosecha propia llamada Covaxin, es la mayor fuente de sueros de COVAX. Sigue enviando dosis al exterior, pero muchas menos que las acordadas antes de la llegada de la segunda ola. El aumento de casos en India ha provocado de rebote que, como dijo Tedros Adhanom Ghebreyesus, director general de la OMS, la brecha entre países ricos y pobres en el despliegue de vacunas se esté ampliando.

//elmundo 

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