REGIONAL
14 de septiembre de 2022
Nacieron dos yaguaretés silvestres en el Parque Nacional Iberá
Así lo anunció la Fundación Rewilding; con estas crías, la cifra de ejemplares liberados asciende a 12 y se espera que aumente en el futuro.
La Fundación Rewilding Argentina, que busca recuperar a las especies extintas para restaurar los ecosistemas, confirmó la noticia de que un ejemplar llamado Mariua tuvo dos cachorritos en medio del monte de los Esteros del Iberá.
Atrás del gran suceso se esconde una historia de aventuras, casi de película. Como los animales tienen un collar satelital que permite conocer su ubicación, comenzaron a notar que la hembra llevaba un largo tiempo sin moverse y una de las opciones de dicho comportamiento es que podría haber tenido crías.
“Estaba en un lugar difícil de acceder, en una zona muy profunda de los Esteros. Le pedimos ayuda a los pobladores que vivían cerca y tuvimos que ir a caballo, con el agua que les llegaba hasta la montura. Cuando llegamos vimos que tenía algunas presas, pero nada peligroso. A medida que transcurrió el tiempo vimos que seguía en el mismo lugar y empezamos a sospechar un poco que había tenido cachorros”, le explicó Pablo Guerra, biólogo y encargado del Centro de Reintroducción del Yaguareté y quien, además, encontró a Mariua.
El especialista reveló que hicieron un seguimiento y pusieron varias cámaras para monitorear y ver qué sucedía con el yaguareté. Contó que acamparon cerca del lugar y cuando revisaron las imágenes, en medio de la noche descubrieron que junto al animal no había un solo cachorrito, sino dos. “Fue increíble, muy emocionante”, aseguró.
En cuanto a los nombres de los cachorros, fueron elegidos por Ramón Correa y Nicasio Cardozo, dos pobladores que nacieron y vivieron desde siempre en la localidad de San Alonso, a unas seis horas a caballo de donde nacieron los animales. Ganaderos y colaboradores del proyecto desde sus inicios, decidieron que las crías se llamen Mombyry (lejos) y Yvoty (flor).
Este animal es de gran importancia tanto por motivos económicos, como culturales, sociales y ambientales. “Hoy la zona del Iberá se mueve alrededor de una economía de servicio basado en el turismo, de la observación de fauna y el yaguareté es muy importante en eso”, explicó Sebastian Di Martino, director de Conservación de Rewilding. Asimismo, comentó que representa una forma de identidad para toda la comunidad, que los habitantes del lugar se comprometieron con la causa, lo sienten propio y hasta preparar galletitas con la forma de las patas del animal.
En ese sentido, resaltó lo fundamentales que son para el ecosistema. “El yaguareté viene a sanar el ambiente. Cuando ellos no están es como que todo en cierta forma se degrada y cuando vuelven empieza a regenerarse, a ser más saludable”, indicó. Al mismo tiempo, agregó: “Tienen un rol de control de herbívoros, que ayuda a sanar a la vegetación del Iberá”. Por último, señaló que eliminan a los patógenos y evitan los contagios entre animales, lo que sirve en la lucha contra el cambio climático.
En enero de 2021, la Fundación Rewilding comenzó con las liberaciones de los animales tras una larga etapa de construcción y la primera elegida fue Mariua. Llegó de Brasil y en septiembre de 2020 tuvo dos cachorritos. Ahora, dos años después, volvió a tener crías en libertad.
A un año de que la Fundación comenzara con las liberaciones, ya hay 12 yaguaretés que viven libres y se espera que la cifra aumente. ”Hace poco mandamos a una hembra a Chaco para cruzarla con el único yaguareté que tenemos certeza de que existe en la región, que está en el Parque Nacional del Impenetrable. Creemos que está preñada y cuando tenga los cachorros vamos a trasladarlos y soltarlos en Iberá”, precisó Di Martino. Se estima que en la actualidad la provincia correntina tiene más ejemplares que la región chaqueña.
Además, de los 12 animales hay otros seis que planean ser liberados en un futuro: tres que fueron donados por Paraguay: dos machos y una hembra que ya están en Iberá, y la hembra Mabrete cuando tenga sus cachorros.
El proyecto cuenta con una importante colaboración de los pobladores y se convirtió en un trabajo en comunidad. Quienes viven en la zona, particularmente en la parte más profunda de los Esteros, reciben instrucciones para saber cómo manejarse si se topan con un ejemplar. La población está en contacto permanente con la fundación y reciben visitas periódicas.