En la mañana de ayer, el director nacional del Observatorio Vial, Pablo Rojas, visitó el Chaco para la entrega de cascos a trabajadores de motomandados y realizar uno de sus talleres itinerantes como aporte a la seguridad vial y concienciación vial. Este observatorio depende de la Agencia Nacional de Seguridad Vial y elabora semanalmente informes muy útiles para conocer la realidad nacional en la materia.

En la oportunidad, Rojas brindó algunos conceptos de la temática, incluso haciendo foco en la provincia.

“Chaco está primera en porcentaje de motociclistas víctimas fatales por siniestro vial, con respecto a las demás provincias. Además es la séptima en cantidad absoluta de siniestros viales, y víctimas fatales. Esto contando desde el 1 de enero al 16 de septiembre”, aseguró.

En este marco, reiteró la necesidad de que el motociclista use casco: “El argentino tiene la Biblia de las excusas, se las sabe todas, pero hay que comprender lo vital que es nada más que más poder salir con vida de un siniestro”.

UMBRAL DE RIESGO

Así, Rojas expresó que “es más fácil encontrar un motociclista con barbijo que con casco. Eso habla de que no cree que pueda ocurrirle algo en la próxima esquina, pero sí que pueda pescar el virus. Se nota que el umbral de percepción del riesgo es tan bajo que piensan que no es necesario usar casco. Entonces de ocurrir un siniestro lo asocian al azar o a la fe, o sea, el decir ‘qué mala suerte’ o ‘Dios así lo quiso’, pero la respuesta es la prevención permanente. No esperar a que pase”.

El funcionario además destaca que “el 90% de esos motociclistas fallecidos no usaba casco. Los hechos demuestran de forma clara su utilidad”. En cuanto a excusas por no usar el casco, las más comunes tienen que ver con el calor que suele hacer en la capital chaqueña. A esto, Rojas responde que “en los cascos buenos, no digo los muy buenos o sofisticados, se está más fresco que no usándolo por su diseño y fabricación”.

Es un trabajo arduo el poder llegar a tener una comunidad que respete las normas viales y comprenda que una negligencia podría costarle la vida a uno y a otras personas. El camino es largo, pero se empezó y continúan las políticas en esa senda.

Cambio de paradigma: visión sistémica

En otro orden, Rojas señaló que se está empezando a aplicar una visión sistémica en lo que refiere a la seguridad vial, “en la que todos tienen una cuota de responsabilidad”, lo que para él representa un “cambio de paradigma”. “Esto es, desde el imprudente que iba a alta velocidad o alcoholizado hasta la falta de controles y la ubicación de los postes en las rutas”.

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