Desde Australia, por contra, se oponen de lleno a esta decisión. El arrecife no está en peligro: "Esta decisión se tomó, como he dicho, sin el debido proceso", denunciaba la ministra de Medio Ambiente de Australia, Sussan Ley. "Ni siquiera se han utilizado los datos más recientes. Tenemos datos del Instituto Australiano de Ciencias Marinas que muestran un intenso trabajo en la recuperación de los eventos de blanqueo de corales que han tenido lugar".

El pasado mes de diciembre, la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza, alertaba de como el cambio climático se había convertido en la mayor amenaza para los sitios naturales de la lista del Patrimonio Mundial, calificando el estado del famoso arrecife de "crítico".

Australia reconoce que la mayor amenaza contra estos sitios es en efecto el cambio climático, pero recuerda que la UNESCO no tiene en cuenta los muchos esfuerzos materiales y económicos que hace el país por proteger la Barrera.

La controvertida propuesta de la UNESCO deberá ser aprobada o rechazada el próximo mes en Fuzhou, China, durante la Convención sobre la Protección del Patrimonio Cultural y Natural de la Humanidad. Se trata de una decisión que puede afectar seriamente al prestigio y los intereses turísticos de Australia. Tras 40 años incluida en la emblemática lista, la Gran Barrera puede sufrir ahora un golpe definitivo.

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