Lasso, que se impuso por más del 52,37 % de los votos en lo que es la primera victoria de un presidente conservador en Ecuador desde hace veinte años, marcó la política de comercio internacional en donde quiere situar al país. Afirmó que su primera acción de Gobierno será "promover la economía, la inversión y generar empleo para que los ecuatorianos no emigren se queden en Ecuador y consigan alcanzar los sueños aquí".

Ecuador ha criticado a México acusándole de dar un trato discriminatorio debido a que han aumentado las inadmisiones de ecuatorianos que llegan a aeropuertos mexicanos.

Con respecto a la inmigración Lasso aseguró que promoverá desde su Gobierno "la regularización más amplia de aquellos venezolanos que están en el país". En Ecuador viven unos 400.000 venezolanos la gran mayoría aún sin un estatus regularizado: "No podemos ser tan incoherentes de pedir un buen trato para los ecuatorianos que viven en el exterior y maltratar a los extranjeros que viven en Ecuador. Tenemos que ser coherentes y consecuentes, esto es doble vía y en el caso de venezolanos trabajaremos de cerca con las Naciones Unidas".

El exbanquero se enfrenta desde una política de centroderecha a uno de los períodos más deteriorados de la historia reciente de Ecuador.

El país sufre una deuda pública de casi 70.000 millones de dólares y una crisis socieconómica agravada por la pandemia que ha sumido en la pobreza y el paro según Lasso a un millón doscientos mil de los diecisiete millones de ecuatorianos.

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