Domingo 7 de Diciembre de 2025

07/12/2025

Tensiones internas, cambios en política exterior y ajustes económicos postergados: así fue el primer mes de gobierno de Rodrigo Paz en Bolivia

Fuente: 1765098240

El inicio de la gestión mostró un cambio radical en las relaciones internacionales y una sensación de estabilidad económica sin abordar reformas estructurales. Sin embargo, los conflictos internos dominaron la agenda

>Ha pasado un mes desde la posesión de Rodrigo Paz en Bolivia. Las primeras semanas de su gestión han estado definidas por un giro radical en la política exterior, una sensación de estabilidad económica, algunas contradicciones con sus propuestas electorales que no han generado mayor controversia y un distanciamiento explícito con el vicepresidente que ha ocupado el centro del debate.

A pesar de ese viraje, el gobierno no ha roto relaciones con países como Cuba, Venezuela o Nicaragua, que eran aliados de los gobiernos del Movimiento Al Socialismo (MAS). Bajo la consigna “Bolivia al mundo y el mundo a Bolivia”, el nuevo gobierno ha señalado que centrará las relaciones internacionales con países con los que comparte principios pero que no dejará de “dialogar” con otras naciones.

En lo económico, la confluencia de dos factores clave —la normalización del suministro de combustible y la caída en la cotización del dólar paralelo— ha provocado una sensación de estabilidad económica que algunos analistas califican como frágil y engañosa, porque no responde a reformas estructurales.

Sin asumir medidas de fondo, el Gobierno logró regularizar el suministro de diésel y gasolina que habían sido escasos en los últimos dos años y que simbolizaron la crisis económica del país, con filas interminables de vehículos en las estaciones de servicio y un consecuente impacto en los precios de la canasta familiar.

Sin embargo, el origen de la crisis es profundo y sigue intacto: tiene que ver con la caída sostenida de los ingresos por exportación de gas, que redujo la disponibilidad de divisas y debilitó las reservas internacionales. A ello se suma un déficit fiscal persistente de varios años, financiado mediante endeudamiento y presión sobre las reservas.

En tanto, las medidas de fondo, que en lo inmediato pasan por liberar el tipo de cambio y levantar la subvención de los combustibles de manera gradual o no, fueron postergadas hasta marzo del próximo año, luego de que se realicen las elecciones autonómicas en las que se renovarán los poderes locales.

Para el periodista y analista político Raúl Peñaranda, retrasar los ajustes hasta marzo es un error de estrategia porque el gobierno perderá el impulso que le da la legitimidad con la que arranca su gestión para enfrentar la reacción ante medidas sensibles.

A lo largo de este mes, los críticos del Gobierno también observaron algunas contradicciones con las propuestas de su campaña, principalmente en relación a la dependencia del financiamiento externo.

Hasta ahora ha asegurado 550 millones de dólares de la CAF y se ha informado que existen negociaciones con otros organismos para acceder a más de 9.000 millones de dólares en los próximos años.

Este viraje en las decisiones, que estuvieron acompañadas de otros simbolismos conservadores como la restitución de elementos cristianos en las dependencias del Estado y la exclusión de las organizaciones sociales del gabinete, fue celebrado por sus detractores, que durante la campaña habían considerado a Paz un político de izquierda y afín al MAS.

“Estoy sorprendida gratamente, cuando ganó pensé que se acababa el mundo para Bolivia, pero se está haciendo asesorar bien y está con un buen equipo”, afirmó Paola Castro, estilista y madre de dos niños, que había votado por su adversario en el balotaje esperando un cambio radical.

Sin embargo, lo que más ruido provocó en el arranque del nuevo gobierno fueron las disputas con el vicepresidente Edmand Lara, quien ha criticado públicamente algunas decisiones del Gobierno y ha logrado centrar la atención pública en los desacuerdos internos llegando al insulto: llamó “mentiroso” y “cínico” al presidente.

Si bien las diferencias entre Paz y Lara eran visibles desde la campaña, para muchos analistas el vicepresidente se reveló en las últimas semanas como el principal opositor del presidente.

Paz es un político experimentado con más de dos décadas de trayectoria en la función pública, pero que en general tuvo un perfil bajo a nivel nacional. Lara, en contraste, es un ex capitán de la Policía que se volvió una figura pública al denunciar casos de corrupción institucional en redes sociales, donde sus miles de seguidores lo catapultaron como un líder político y una voz crítica contra el sistema.

Para Saavedra, el binomio Paz-Lara ganó gracias al voto del “bloque popular”, entendido como los votantes de clase trabajadora o campesina, que suele estar a favor de políticas estatistas y de redistribución social.

“Rodrigo Paz ha llegado al poder gracias al voto popular que ha sido determinante y creo que las medidas que te ha tomado inicialmente no han estado en equilibrio con el mundo popular”, señala Saavedra y advierte que eso puede ser aprovechado por sus adversarios para restarle gobernabilidad, aunque reconoce que en las últimas semanas hubo un esfuerzo del Gobierno por mostrarse cercano a esos votantes.

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